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Recientemente, durante un juicio federal por antimonopolio, ha saltado a la luz una declaración de Jerry Dischler, el Vicepresidente de Productos Publicitarios de Google, en la que afirmaba que Alphabet Inc., la matriz de Google, ha realizado ajustes significativos en sus subastas de publicidad, una práctica destinada a garantizar que cumpla con los objetivos de ingresos de la compañía. En algunos casos, estos cambios han provocado un aumento de hasta el 10% en los precios de los anuncios.
Estas modificaciones en la dinámica de la subasta afectan principalmente a la venta de anuncios de búsqueda, que incluyen anuncios de texto y promociones de compras que aparecen de manera destacada en las páginas de resultados en respuesta a las consultas de los usuarios. Google a menudo realiza estos cambios, que pueden implicar un aumento en los costes de los anuncios o umbrales mínimos de puja, sin notificar a los anunciantes sobre los cambios.
En un intercambio de correos electrónicos revelador (mayo de 2019) Dischler y su equipo discutieron sus esfuerzos para ajustar las subastas de anuncios y cumplir con los objetivos de ingresos establecidos por la Directora Financiera, Ruth Porat.
La presión para alcanzar estos objetivos era palpable, ya que Dischler mencionó las posibles consecuencias negativas para la posición en el mercado y el precio de las acciones de Google.
Si bien Dischler expresó una profunda preocupación por los ingresos, hizo hincapié en el impacto en la moral de los empleados y el rendimiento del equipo de ventas, resaltando la importancia de lograr estos objetivos para la salud general de la empresa.
Vista esta polémica y sin saber en cuántos aspectos más Google está actuando únicamente en su propio beneficio perjudicando a sus clientes, es esencial recurrir a herramientas de optimización de cuentas independientes de los intereses de Google para que actúen de forma imparcial.
Una de estas herramientas es el AdCreator de Dolnai. Estas herramientas permiten a los anunciantes alinear los servicios de Google más estrechamente con sus propios intereses y objetivos, ofreciendo una mayor transparencia y control sobre sus campañas publicitarias.
El juicio antimonopolio en curso sostiene que Google ha mantenido ilegalmente un monopolio en las búsquedas en línea a través de acuerdos financieros con navegadores web y fabricantes de teléfonos inteligentes, permitiendo a Google ser la opción predeterminada para los usuarios.
Los pagos de Google a empresas como Apple y Samsung a cambio de este estatus privilegiado han suscitado preocupaciones sobre un comportamiento anticompetitivo.
Más del 60% de los ingresos totales de Google proviene de los anuncios de búsqueda, lo que representa más de $100 mil millones en 2020. Los anunciantes han impulsado un crecimiento constante en este segmento desde 2012, con altas tasas de crecimiento.
Durante su comparecencia, Dischler enfatizó el compromiso de Google de ofrecer "resultados honestos" en sus operaciones de búsqueda. Insistió en que las consideraciones financieras no comprometen la calidad de los resultados orgánicos de búsqueda, manteniendo una clara separación entre los equipos de “Paid Search” y “Organic Search”.
Dischler reconoció que algunos cambios en la subasta resultaron en aumentos de precios del 5% o incluso del 10% para los anunciantes, aunque también señaló los riesgos de intentar un aumento del 15%. Creía que tal movimiento podría llevar a los anunciantes a explorar alternativas como Meta Platforms Inc. o TikTok de ByteDance Ltd., lo que sería perjudicial para Google.
Es crucial destacar que los anunciantes pueden ganar más control sobre sus presupuestos publicitarios y resultados aprovechando herramientas como Dolnai. Estas herramientas permiten a los anunciantes navegar por las fluctuaciones en los precios de los anuncios y alinear mejor sus estrategias publicitarias con sus objetivos, minimizando el impacto de los ajustes en la subasta de Google.
